La profesionalización del fútbol femenino avanza, lento, pero ahora, con más certezas que promesas tras la promulgación de la Ley 21.436. Una norma que enderezará la cancha y le quitará carga a las mujeres futbolistas, quienes tras el reconocimiento de vínculos laborales y contractuales podrán asegurar un sueldo y, al menos, no tendrán que romperse el lomo para cristalizar sus sueños. Ahora, si lo hacen, que sea por puro goce, por amor a cualquiera de los oficios que nos ligan a las canchas.
Gonzalo Artal Hahn
Una vez terminado el entrenamiento del equipo femenino de Deportes Iquique, Manuela Aquilano, trasandina de 20 años que llegó desde la ciudad de Carlos Casares, al centro-noroeste de la provincia de Buenos Aires, se aplica con el mate, sorbe y camina rumbo a casa junto a un grupo de compañeras.
Van en lote, a pata, sin autos de ninguna gama, accesorios onderos ni mucho tiempo para pensar en el gym o en cómo diantres matar el tiempo que queda, pues dentro de poco debe alternar entre pitar y asistir al árbitro principal en los cuatro partidos de la serie de Fútbol Senior que cubrirá esa misma noche -y las siguientes noches- en el Hernán Villanueva. El recinto icónico de los Viejos Cracks.
“Hace más de tres años que estoy dentro del arbitraje. Es una profesión que realmente me gusta mucho”, cuenta la volante mixta del CDI femenino que arribó a la capital de Tarapacá tras contabilizar pasos por la reserva de River Plate, la primera de Independiente de Avellaneda y un micro ciclo con la selección Sub 17 de la albiceleste.
-¿Y eso?
“Comencé a arbitrar a los 16 años y, el año pasado, hice otro curso de arbitraje de hockey. La verdad, es que mi mayor objetivo era que me sumaran como jugadora, pues uno no puede aventurarse en un deporte sin saberse las reglas, pero en este momento estoy usando el arbitraje como una fuente de ingresos más, ya que la mayoría de las jugadoras debemos tener un trabajo aparte de lo que es el fútbol. El sueldo muchas veces no alcanza”.
-Suele suceder.
“En mi caso, sigo manteniendo mi departamento en Argentina. Y además, debo abonar uno de los institutos en los que estoy estudiando profesorado de Educación Física. Todo esto, sin contar los gastos diarios”.
-Ni de cerca con la realidad masculina.
“Ese es un tema muy complicado, pero creo que esto va a ir creciendo poco a poco. Aunque, sin duda, crecería mucho más rápido si todas las jugadoras recibieran una ayuda monetaria de parte del club que sea, para que de esta forma, las jugadoras puedan centrarse más en los entrenamientos y tomarse el tiempo que realmente necesitan para dedicarle a este deporte”.
-Mala manera de formarse.
“Claro, pues de cierta manera hay que andar a las corridas, durmiendo poco o alimentándose mal por tener que trabajar. Algo que en el fútbol masculino no pasa”.
-¿Es un tema entre las futbolistas?
“Obvio. Sí. Siempre se tiene en cuenta y siempre se habla entre nosotras de esas diferencias. Más que nada, porque la mayoría de las jugadoras tiene otro trabajo aparte y por eso mismo no se pueden preocupar cien por ciento de los entrenamientos y los partidos. Y por ahí los horarios se chocan y el tema para acomodarlos es medio complicado. Cosa que no pasa con los hombres, quienes, al tener un buen sueldo, no tienen la necesidad de tener un segundo trabajo”.
Cero incidentes
Manuela advierte que juega de chiquita y que a los seis años no tenía atados en entrenarse entre los varones del Club Boca de Carlos Casares. Hasta que fijó su mirada en Agropecuario, institución donde sabía que tenía más posibilidades de crecer como futbolista. Allí, levantó dos copas, le tomó el gustito y no se despegó del sueño. El mismo que hoy la tiene como lateral de las dragonas.
-¿Qué sabías de Iquique?
“No sabía mucho, así que cuando me hicieron la propuesta de venir acá, lo primero que hice, fue buscar fotos y más información sobre este lugar”.
-¿Cómo surge tu arribo?
“El CDI se puso en contacto conmigo por medio de una intermediaria y tuvimos algunas reuniones por videollamada para charlar sobre la propuesta”.
-¿Qué tal la experiencia? Comparado con lo hecho en Argentina.
“Es una experiencia nueva y completamente diferente a lo que viví en Argentina. Los objetivos no son los mismos, así que no puedo compararlo con mis clubes anteriores”.
-Demás. ¿Qué te traes de esos clubes?
“Tanto River como Independiente me dejaron varias enseñanzas e influyeron mucho en mi formación. Aprendí mucho en lo futbolístico y también crecí mucho como persona”.
-Ahora estás jugando más por la banda. ¿No?
“Si, yo soy volante mixta, pero siempre charlo con los técnicos y no tengo problemas para jugar en la posición que ellos me necesiten”.
-¿Qué tal les ha ido?
“Últimamente estamos teniendo malos resultados, pero en cuanto a juego creo que estamos demostrando y corrigiendo mucho en cancha”.
-¡De ahí no te mueven!
“Nooo. Siempre que estoy dentro de una cancha de fútbol soy feliz, no importa qué rol esté cumpliendo”.
-Igual no es grato que te recuerden a la parentela. ¿En el Hockey pasa eso igual?
“El trato con el jugador cambia. El fútbol se vive de una manera mucho más apasionada y más intensa que el hockey”.
-Oye. ¿Y hay respeto en las ligas iquiqueñas?
“Sííí. Por el momento no tuve ningún incidente y siempre recibí buenas críticas de jugadores y de los cuerpos técnicos, así que todo tranqui”.
Cambiando, para bien
La Seremi de Deportes de Tarapacá, Vania Llantén Moreno, indicó que el 01 de abril del presente año se promulgó la Ley de Profesionalización del Fútbol Femenino en Chile. Un documento fresquito firmado por el Presidente Gabriel Boric Font y la Ministra de Deportes Alexandra Benado Vergara que, en lo medular, establece que todas las jugadoras deben tener un contrato laboral con sus equipos. Aunque claro, hay plazos.
“La ley indica que los clubes tienen un periodo de tres años para generar los contratos a las jugadoras. Y como la ley entra en vigencia después de seis meses de publicada, lo clubes tienen como plazo el 1 octubre del 2022 para cumplir con la obligación de efectuar la contratación laboral de todas las deportistas”, comenta Llantén, quien advierte, eso sí, que el 50% del total se deberá rubricar en el primer año, el 75% deberá quedar en regla al cumplirse el segundo año y el 100% llegará en el tercer año.
“Cabe destacar que las disposiciones de esta regulación para reconocer vínculos laborales y contractuales serán obligatorias para las sociedades anónimas deportivas profesionales que participen en asociaciones o ligas femeninas nacionales en las categorías adultas”, dijo la seremi, quien agregó que ya se han reunido con las jugadoras del CDI para analizar los aspectos más importantes de la Ley 21.346.
“Fuimos a la cancha a ver uno de los encuentros de las chicas de Deportes Iquique donde aprovechamos de dialogar sobre el tema y transmitirles que esta nueva disposición, además, les permitirá mejorar sus condiciones con respecto a sus participaciones deportivas; como por ejemplo, que sus torneos sean visibilizados”, cerró Llantén.